«La emoción se expandió entre el grupo, hubo lágrimas y dolor, pero sobre todo mucha satisfacción»
LLEGADA A VIGO
Todos llegamos nerviosos, frente a una nueva experiencia, algunos primerizos, algunos repitiendo, pero todos con ganas de comenzar. Tras esquivar todos los problemas y coger todos los trenes a tiempo llegamos al primer albergue. Allí comenzamos a formar vínculos que reforzaríamos a cada paso.
1er DÍA: Vigo – Cesantes
A las 7 de la mañana comenzamos cada día con un rezo. Pedimos por nosotros, esperando recorrer bien los 18 km que teníamos por delante como primer reto. Antes de que se levantase el sol todos los recién llegados comenzaríamos nuestra marcha.
La primera ruta fue por pueblo; coloridas casas con tonos terrosos contrastadas con el verde brillante de la vegetación decoraban las vistas, el paisaje se fue «asalvajando» a medida que avanzaban los kilómetros, sin embargo cuando la meta se veía cerca empezó la lluvia. Todos empapados por el agua llegamos al albergue quitándonos los chubasqueros. Por la tarde y la noche el grupo nos juntamos para comer y compartir tiempo y anécdotas.
2º DÍA: Cesantes – Pontevedra
El segundo día comenzó pidiendo por las mujeres, 18 kilómetros; Nos dirigimos al inicio de la ruta, cruzando Cesantes llegamos a un maravilloso bosque, acompañados siempre por otros caminantes, cruzamos variados paisajes; un río de agua cristalina con un imponente puente, pueblos de calles estrechas, todos cuidadas fantásticamente… finalmente llegamos al albergue, algunos empezaban a sufrir heridas por las grandes distancias que Sofía ayudó a curar.
3er DÍA: Pontevedra – Caldas de Reis
El tercer día fue dedicado a los compañeros que no nos pudieron acompañar en el camino, así como para los enfermos, que nuestra bendición les dé fuerza para recuperarse. Ese día la distancia era mayor que en cualquier otra etapa, entre abiertos pastos y altos árboles los 23 kilómetros fueron eternos, sobre todo mientras esquivábamos parcelas plagadas de viñedos, el sol calentaba sobre nuestras cabezas. Esta era la única etapa en la que el río se alejaba de nuestra ruta, sin embargo volvimos a encontrar su fluir llegando al destino, el siguiente albergue nos esperaba regalándonos la satisfacción de cumplir un reto.
4º DÍA: Caldas de Reis – Padrón
El cuarto día estuvo dedicado a las personas con discapacidad, el sol iba saliendo a medida que avanzábamos, el camino verde animaba a caminar. Como siempre, subidas y bajadas constantes atentaban contra la resistencia de los peregrinos, pero las buenas compañías y la emoción por ver bajar los kilómetros de las flechas nos hacían recobrar la fuerza; por fin entramos en Padrón.
5º DÍA: Padrón – Santiago
El último día nos levantamos todos con una sensación indescriptible, la emoción del último tramo nos hizo a todos disfrutar los últimos kilómetros, las mismas flechas, las mismas piedras, los mismos caminos y las mismas pisadas que muchos antes hicieron ahora son nuestra experiencia, así sin darnos cuenta recorrimos 25km.
A 2km de Santiago todos nos reunimos para recorrer el último tramo de la ciudad, presumiendo del vínculo que habíamos formado, llegamos entre cánticos y risas. Así, Santiago nos acogió con una impresionante llegada a la Plaza del Obradoiro. La emoción se expandió entre el grupo, hubo lágrimas y dolor, pero sobre todo mucha satisfacción.
Finalmente pudimos entrar en la catedral donde uno a uno abrazamos a Santiago, rápidamente bajamos y nos agrupamos alrededor de la tumba del Apóstol y en un ambiente emotivo dimos pie al último rezo, marcando el punto y final de nuestro Camino de Santiago.