La Hermandad tuvo que acortar el recorrido por las inclemencias meteorológicas. Fotografías de Jesús Povea
En los años que este que os escribe lleva realizando la crónica de los Lunes Santos, que no han sido pocos, se está convirtiendo en costumbre comenzar con frases del estilo de: “La tarde se componía con malos presagios…», “El cielo gris no daba muchas esperanzas…», o “La lluvia parecía que iba a dejar sin vía crucis…»
Pues bien, cualquiera de estas u otras que se os pueda venir a la mente pensando en una tarde desapacible como la que teníamos este lunes nos serviría para que esta crónica arrancara.
Pero una vez más, como también se está volviendo un hábito, en estas noches de Lunes Santo cuando la santa misa que la Hermandad de la Humildad compartía con la comunidad de Madres Carmelitas estaba llegando a su fin, el cielo volvió dar la tregua suficiente para que la corporación carmelitana pudiera llevar a cabo el acto de culto externo tal y como está estipulado con un pequeño reajuste del recorrido por el hecho de ser previsores, por si la lluvia tenía intención de aparecer.
A las 9 en punto, salía la cruz de guía de la hermandad de los pellejos tomando la Plaza Juan XXIII y buscando calle San Pedro para que en su discurrir se sucedieran las capillas musicales que interpretaban los componentes de la Capilla Musical Ars Sacra con el rezo de las estaciones del Vía Crucis como es preceptivo en el lunes ursaonense.
Seguía avanzando las andas con la bendita imagen del señor de la Humildad y Paciencia buscando Caldereros, Gordillo y Santísimo arropado por sus hermanos y devotos con caminar ágil y no dejando tiempo al cielo a rearmar las nubes y las lluvias.
Desembocaba el Señor de los cantillos a la calle Sevilla dejando una bella imagen de recogimiento y fervor en su caminar por una de las calles más angosta del recorrido que había designado la Junta de la Humildad para este día, pues el recorrido del Vía Crucis cambia todos los años.
Una vez llegado a la iglesia del Carmen muy arropado por su gente, el acto tomaba cierta normalidad una vez que el Señor ya no se encontraba en riesgo de lluvia y con un andar tranquilo y elegante se colocaba a los pies del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Osuna y antes los pasos de la hermandad donde esperan los otros dos titulares que procesionarán el Jueves Santo y a las plantas de la Santísima Virgen del Carmen para finalizar con la oración final de esta piadoso Vía Crucis con Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia siendo posado por sus hermanos en el interior de la capilla de la hermandad para consumar un nuevo Lunes Santo, con el beneplácito de una cielo que sí quiso ver la cara del más antiguo Señor de la Hermandad de la Humildad, y respetó la noche para que todo quedará consumado en el barrio de los esparteros.