Pese a la abundante lluvia, la Hermandad estuvo arropada en todo momento por el pueblo de Osuna
Osuna se despertaba con el cielo gris y naranja, con previsiones que no eran muy halagüeñas. Durante la procesión de las palmas, el sentir de la Hermandad en todo momento era de calma y cautela, confiando en Él y en Ella siempre. Pese a las previsiones meteorológicas, una gran turba deseosa de un nuevo Domingo de Ramos se agolpaba en la Plaza Rodríguez Marín esperando la decisión de la corporación.
A las 16:57 de la tarde, las puertas de la iglesia de Santo Domingo se abrían y la Cruz de Guía se posaba sobre el dintel respondiendo a las preguntas de todo el mundo allí reunido. La decisión de realizar su estación de penitencia conllevaba la utilización del recorrido alternativo que siempre se propone en casos como el ocurrido hoy. Se decidía revirar en la calle Compañía con Gordillo hacia la derecha y desembocar de nuevo en la Plaza Rodríguez Marín.
El “Niño Perdido” salía bajo su restaurada cúpula con un exorno floral compuesto por flores con tonos rosas, morados, lilas y blancos. Con paso firme y decidido comenzaban los costaleros del paso del Dulce Nombre de Jesús su estación de penitencia a sones de la AM Inmaculada Concepción de Castilleja de la Cuesta (Sevilla). Poco después, el imponente “barco” de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén se presentaba a Osuna con la marcha “La Saeta” seguida de “Sagrada Entrada” interpretadas por la AM Dulce Nombre de Granada. Momentos en la Plaza del “Bacalao” en las que las dos bandas se solaparon por un momento debido al escueto número de palmas en el paso del Señor. A las 17:40 horas, momento en el que el palio de Ntra. Sra. de los Desamparados se acercaba al dintel, la lluvia no quería perderse tal acontecimiento y empezaba el runrún entre el público asistente. Como una estrella sublime fue la presencia de la Virgen en la calle, arrancando un sentido aplauso. Al mismo tiempo que vivíamos esta gran salida, la Diputada Mayor de Gobierno pedía la venia para poder procesionar por Carrera Oficial.
Una lluvia muy intermitente no cesaba y los tres pasos con decisión proseguían; el Dulce Nombre entraba en la Plaza Mayor con Alma de Dios, mientras »la Borriquita» lo hacía con “Al Señor de la Cañilla”, marcha interpretada de manera excepcional por la banda nazarena. El cielo no cesaba de llorar y la hermandad decidió avanzar sin perder en ningún momento los nervios y la compostura. Nuestra Señora de los Desamparados siempre acompañada por la Banda de Música Villa de Osuna y por sus más fieles devotos, reviraba por Compañía hacia Gordillo de manera excelsa pese a la premura.
El pueblo de Osuna, pesa a la intensidad con la que las nubes descargaban, se mantuvo firme y no “desertó” de ver la recogida de la hermandad. El Dulce Nombre entraba al templo a las 19:03 horas, mientras que el Señor lo hacía a las 19:15 horas. La lluvia aumentaba y la Virgen decidió recogerse sin detenerse en ningún momento, siendo las 19:21 horas cuando despertó un sentido y emotivo aplauso de todos los presentes.
Un ansiado Domingo de Ramos en el que incluso el agua se precipitó para no perderse la primera estación de penitencia de la Villa Ducal de Osuna. Si algo se ha de destacar, es la magnífica templanza y poner en valor el comportamiento de la cofradía pese a las inclemencias meteorológicas. Y, por supuesto, el gran arropo del pueblo, sin duda, un precioso gesto para con la hermandad. Al fin y al cabo, estas actitudes son las que valoran el esfuerzo, las decisiones y el trabajo de las Hermandades.
