A tan sólo 2 días de su ordenación sacerdotal nos atiende en exclusiva en El Estandarte para contarnos cuáles son sus sentimientos
En estos duros tiempos que corren para el mundo cristiano, véase la matanza de 50 mártires en una iglesia de Nigeria, la cual no ha interesado a los medios nacionales, sigue naciendo y reviviendo la llama del Amor a Dios. En esa llama, está la llamada del Señor para que nuevos sacerdotes sigan anunciando su Palabra. Una Palabra de sinceridad, de fe, de camino, de verdad y de vida. Hoy, tenemos la dicha de anunciar la entrevista a un vecino de Osuna. Un vecino bueno, bondadoso, amable, cercano, «normal y corriente», de los de toda la vida. En tan sólo 2 días, Aniceto Vadillo Aguilera será sacerdote y recibirá un sacramento único. A tan sólo 2 días de ese momento tan especial en su vida, hablamos con él…
- Osuna se llena de gracia, pues son varios los jóvenes que en los últimos años se han ordenado sacerdotes por la Archidiócesis de Sevilla, ¿Cómo recibiste la llamada de Cristo?
Es algo complicado de explicar si no se ha experimentado. Fue en el ambiente parroquial, cerca del párroco y de mi Hermandad junto con mis amigos. El Señor habla claro, se pone “muy pesado” cuando quiere algo de ti y no para hasta que lo consigue. Abrí mi corazón a su voz y se coló para quedarse, encontré en Él mi camino y todo cobró sentido.
- Para los que todavía están en duda si entrar en el seminario o no, ¿Qué les aconsejas, qué les dirías a esos hombres que se sienten tentados por la llamada de Dios?
Les aconsejo que recen, que le pregunten al Señor qué quiere de ellos. El Señor nos habla a través de las personas que tenemos alrededor, de las circunstancias que ocurren en nuestra vida… Sería una pena que alguien hiciera oídos sordos a una llamada al sacerdocio. Es una felicidad plena de saberte elegido por el Señor en un camino que Él te irá proveyendo de todo aquello que necesites para acercar a Cristo al mundo.
La gente no sabe lo que se pierde al vivir una fe a medias o dar la espalda a su fe. Como dice una canción de Hakuna “Si por un segundo vieras cómo te mira Dios, no querrías ver nada más”
- El sacerdocio es algo increíble, en todos los aspectos, pues eres un elegido de Dios, pero durante tus estudios para culminar en este sacramento, ¿Qué has hecho durante todos estos años, qué estudiáis, cuál es vuestro día a día?
Te sientes elegido. En mi caso es como si me hubiera tocado la lotería, sin ni siquiera haber comprado ningún cupón. Durante los años de seminario nos formamos en diferentes vertientes, son unos años en los que se discierne la llamada recibida. Nos formamos a nivel humano, espiritual e intelectual. Académicamente nos formamos en la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla en la que cursamos el Grado de Teología
- ¿Cómo esperas que sea el sábado 11 cuando te postres ante el Santísimo yacido para recibir el don del sacerdocio? ¿Has soñado antes con ese momento?
La postración es un momento muy especial. Te haces pequeño, el sacerdocio es un don totalmente inmerecido para el que lo recibe. Nunca podremos pagarlo. Desde esa pequeñez, postrado en la tarima de la Catedral, la asamblea entona las letanías de los Santos. Es tan ardua nuestra tarea que por nosotros mismos sería imposible llevarla a cabo, necesitamos de nuestro encuentro diario con Cristo que nos envía su Espíritu que nos capacita y nos hace llevar el Evangelio a los demás, por ello, pedimos postrado en el suelo la intercesión de los Santos.
- ¿De quién has recibido la llamada, y no te lo esperabas, para felicitarle?
Estoy recibiendo muchísimas muestras de cariño de muchas personas. Me siento abrumado y agradecido por las mismas. Quizá algunos compañeros de mis años de dentista con el que había perdido el contacto.
- Una pregunta atípica y algo personal. Si tuvieras la oportunidad de ir a tomar un café con alguien, ¿con quién sería?
No sé… siempre me hubiera gustado tomar un café con Don Manuel de Ávalos y Pimentel, fundador de los caídos… que nos cuente los comienzos de la Hermandad, como se vivía la misma dentro del templo de la Merced, qué sintió cuando vio por primera vez el rostro de Jesús Caído…
- Has anunciado ya que tras la ordenación el sábado 11, oficiarás dos Eucaristías, una de ellas en Osuna y la otra en la Parroquia de la Magdalena de Sevilla, donde has ejercido el diaconado este último año. ¿Qué le dirías al pueblo de Osuna? ¿Tienes ya pensada la homilía?
Así es, haré mi primera misa solemne en la Iglesia de Santo Domingo el día 18 y una de acción de gracias en la Magdalena de Sevilla donde felizmente he ejercido el diaconado. Me alegra que me preguntes acerca de la homilía… en la Archidiócesis de Sevilla es costumbre que no predique en su primera misa el misacantano, sino que lo haga algún sacerdote cercano a él. En mi caso, el Evangelio será proclamado por Don Manuel Ávalos y la homilía irá a cargo de Don Antonio Jesús Rodríguez. Ambos son buenos sacerdotes, cercanos a mí y con un papel importante en mi camino vocacional.
- Para terminar. ¿Qué esperas de tu vida como sacerdote, además de servir a Dios? ¿Tienes la necesidad de mejorar la Iglesia, de adaptarla a los nuevos tiempos o de ser conservador?
La vida del sacerdote es servir, servir, y servir. Acercar a Dios no solo a la comunidad cristiana, sino también a los que no forman parte de ella. No podemos cambiar el mensaje de Cristo, la Revelación ya terminó. No se nos puede olvidar que los cristianos vamos a contracorriente del mundo, nuestra labor es sembrar con alegría el Reino de Dios, sabiendo que quizá nos persigan y que los frutos sean recogidos por otros. Nuestra alegría es Cristo Resucitado y VIVO entre nosotros. Pienso que debemos usar todos los medios que haya a nuestro alcance para llevar a cabo nuestra misión, sin cambiar o renunciar al mensaje del Evangelio. Cada momento es una oportunidad de evangelizar.
