La Hermandad entró triunfante en el Domingo de Ramos de manos de una abarrotada Plaza Rodríguez Marín
Osuna se despertaba con el cielo totalmente azul, los balcones engalonados con sus mejores galas, las calles relucientes, el azahar de los naranjos rebosaban alegría y en la Colegiata las Hermandades de la Parroquia de la Asunción se prestaban dispuestas a realizar una alegre Procesión de Palmas con la Hermandad «arriera» a la cabeza.
El buen tiempo hizo que la Hermandad del Dulce Nombre reluciera por las antiquísimas calles de la Villa Ducal. Ni un poco de solano ursaonense, como de costumbre, quiso perderse la salida. Con puntualidad británica las puertas de Santo Domingo se abrían y la portentosa y barroca cruz de guía rebasaba el dintel de la puerta. Luis Enrique Ruíz hacía sonar el martillo y el paso del Dulce Nombre que estrenaba unos respiraderos de malla, enfilaba la puerta con paso firme y decidido. Con sones de la AM Inmaculada Concepción de Castilleja de la Cuesta, hito histórico, pues era la primera vez que una banda tocaba detrás del paso del «Niño Perdido».
La Hermandad de «los niños» como es conocida, entre otros sobrenombres, esta corporación tuvo un gran detalle, pues el capataz de la Sagrada Entrada en Jerusalén, Silverio Ortiz, dejó que su auxiliar más joven, Francisco José Hidalgo sacara el gran paso a la calle. Cuando marcaban las 17:43 horas de la tarde, José Antonio Bejarano tocaba el llamador y dedicaba la primera levantá a los hermanos que ya descansan junto al Señor.
Loreto Herrera, diputada Mayor de Gobierno, junto a varios niños solictaban la venia a José Manuel García, presidente del Consejo, para poder realizar estación de penitencia por Carrera Oficial. Una Plaza Mayor que tras el paso de la Cofradía comenzaba a llenarse. A medida que pasaba la tarde, uno de los lugares de interés como es la esquina de Compañía con Gordillo, los 36 costaleros en conjunto con la AM Dulce Nombre de Granada hacían disfrutar al pópulo de unos grandes momentos. Grandes momentos que de igual modo pudimos disfrutar de la petalá en la calle Cristo a Nuestra Señora y Madre de los Desamparados mientras la Banda de Música Villa de Osuna interpretaba la marcha Rocío. Otra imagen que quedará para el recuerdo.
Nos acercábamos al ocaso de una majestuosa y esplendorosa tarde, el solano había decidido marcharse y un gran gentío se agolpaba en la plaza del bacalao para disfrutar de las últimas chicotás. El reloj marcaba las 21:25 horas y el paso del Dulce Nombre de Jesús terminaba su estación de penitencia. A las 21:46 horas «La Borriquita» rebasaba una angosta entrada mientras el palio esperaba su hora. Las 28 almas que habían portado a su bendita Madre para que colmara de amor a Osuna, querían alargar un poco más su estancia en los aledaños del templo dominico, siendo las 22:09 horas exactamente cuando terminaba la estación de penitencia de la Hermandad del Dulce Nombre.