El mismo comienza hoy, miércoles 3 de noviembre, hasta el viernes 6 del mismo mes
En la Parroquia de La Victoria se vivirán días de júbilo en torno a la Santa que ofreció y dio su vida por los más pobres y los más necesitados, Santa Ángela de la Cruz. La fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz tendrá un solemne Triduo en su honor por su festividad litúrgica.
Estos 3 días de Triduo se sucederán durante los días, 3, 4 y 5 de noviembre, miércoles, jueves y viernes respectivamente, teniendo lugar la celebración eucarística en la Parroquia de Ntra. Sra. de La Victoria de Osuna, dando comienzo todos los días a las 18:30 h.
- El día 3 de noviembre la celebración eucarística estará a cargo de D. Juan Pablo Domínguez Teba, párroco de Lantejuela.
- El día 4 de noviembre estará a cargo de D. Manuel Ávalos Fernández, Vicario Episcopal de la Zona Sur de Sevilla y párroco de Ntra. Sra. de la Asunción de Osuna.
- El día 5 de noviembre estará a cargo de D. Antonio Raúl Moreno Enríquez, párroco de Ntra. Sra. de La Victoria de Osuna.
Santa Ángela de la Cruz
En Osuna disfrutamos de esta congregación que fundó María de los Ángeles Guerrero González, en Sevilla, lugar donde nació y falleció. Esta Santa fue canonizada por San Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003.
Consideraba la Cruz como la cumbre más elevada de la perfección. También quería dar a conocer al mundo la Cruz de Cristo, ya que, como escribió una vez, «la enseñanza del Calvario no es nueva, pero está muy olvidada».
Consideraba su padre espiritual a san Francisco de Asís y quería alcanzar esos niveles de humildad ante Dios.
En 1875, mientras iba por la calle Enladrillada rezando el rosario, se le apareció la Virgen María. Ella lo describió del siguiente modo: «Parecía suspendida en el aire, pero tan hermosa, y tan amable su rostro, que mi alma se vio llena de afectos amorosos, comprendiendo todo lo que esta poderosa reina hará para ayudar a la perfección de estas almas. Tuve que parar el rosario para gozarme de aquella belleza y prorrumpir en una porción de alabanzas que salían de mi corazón hacia esta bendita Señora. […] Yo la veo del tamaño de la Virgen del Buen Consejo que estaba en San Felipe, y una cara tan preciosa (porque esta imagen tenía una cara preciosa). ¡Ojalá que se encuentre una cara así para la de nuestro oratorio!.»
El 2 de febrero de 1876, Torres solicitó al arzobispado la aprobación de la Compañía de la Cruz, «una piadosa congregación de señoras». El arzobispo dio su aprobación el 5 de abril. En julio de 1876 la Santa Sede autorizó que celebrasen la misa y guardasen la Eucaristía en su casa de la Compañía de la Cruz y en cualquier otra que fundasen.