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Jesús Nazareno llenó de esperanza e ilusión el Hospital de Osuna en el Viacrucis de las Hermandades

07/03/2022
Por: Carlos Bellido García
Nuestro Padre Jesús Nazareno recorrió la Villa Ducal de un extremo hacia el otro para vivir como momento culmen la visita al Hospital Comarcal de la Merced

Tal y como nos decía nuestro compañero meteorólogo Antonio Delgado: «La tarde iba a ser inmejorable con un gran sol, algo de calor en las horas vespertinas y cierto frío a la caída de la noche». Como un reloj suizo se cumplieron todas las expectativas de este gran profesional. Pasaban unos minutos de las 16:15 h, cuando la cruz parroquial de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno se asomaba por el dintel de la puerta de la Victoria. En su interior quedaban nervios, pues los preparativos fueron muy bonitos al verse que volvemos a nuestras tradiciones, más cerca que nunca.

«Tras el Nazareno» sonaba en la puerta de la iglesia de La Victoria bajo los sones de la siempre exquisita y perfecta Banda de Música Villa de Osuna, dirigida por Isidro Pérez. Una marcha compuesta por nuestro lector y oyente habitual Antonio Jesús Gómez, dedicada al titular de la Hermandad de la Madrugá ursaonesa. Al salir, Alejandro Hernández Orellana, integrante del afamado grupo «Cantores de Hispalis» cantaba una hermosísima saeta a Jesús Nazareno desde uno de los balcones frente a la fachada de la iglesia, pero no era el único, pues desde la FOAM una trabajadora con pundonor y desgarro se arrancaba a rezarle cantando al Señor.

Fueron transcurriendo las estaciones del Viacrucis, quince en total, representadas cada una de ellas con las cruces de guía o cruces parroquiales de las diferentes Hermandades de Penitencia y Gloria de Osuna, además de la Agrup. Parroquial de Fátima. Momentos muy bonitos e históricos, además de dignos de destacar, fueron los de Jesús pasando por el Convento de Madres Carmelitas mientras ellas le cantaban, el paso por el Convento de Padres Carmelitas, visiblemente emocionados, la llegada a Consolación – frente a frente a la Patrona de Osuna – o el paso por San Agustín. Algo más habitual es el paso por Santo Domingo, pues cada mañana de Viernes Santo transcurre por el citado lugar.

Pero si un momento fue culmen, digno de recuerdo, historia y amor, fue el de la llegada de Jesús Nazareno al Hospital Comarcal Ntra. Sra. de la Merced de Osuna. Fue en ese preciso momento cuando muy certeramente, como siempre, su capataz Jesús Plaza reviraba el paso de Jesús hacia los ventanales repletos de almas pidiendo salud, misericordia y compasión al Dios de los hombres, al que todo lo puede, a nuestro Señor Jesús. Ese momento se estremecía la Avenida más aun cuando comenzó el rezo del párroco de La Victoria que en todo momento acompañaba en el recorrido rezando el Viacrucis. «Por la Paz en Ucrania y en Rusia, por tantos que mueren en la calle por no tener un hospital, victima del odio o del rencor, que Nuestro Padre Jesús nos ayude a ser cauce de la Paz, de su Paz»

Rezo de Don Raúl ante el Hospital de Osuna

En esos momentos se secaban lágrimas, se contenían llantos, se superaban miedos y se afrontaban retos, se veía la vida en plenitud, se imploraba, pues no hay mejor oración que la del corazón y en aquel instante hubo muchísimo corazón puesto en las manos de Dios.

El Viacrucis de las Hermandades continuaba, el Señor transcurría por la Barreduela Santa Ana, donde los vecinos lo recibían con olés y lo despedían con varios «Viva Nuestro Padre Jesús», pues es un barrio donde él también necesita estar presente diariamente. Entre el murmullo – desmedido para ser un viacrucis -, la perfecta sinfonía de la coral y la Capilla Musical Pasión, además del racheo incesante de sus costaleros, en San Agustín se oía una saeta bajo sus trabajaderas. Era la de Evaristo Cuevas que algo le agarró en forma de pellizco en el corazón que le hizo saltar con su magnificente voz en forma de oración cantada a Dios.

No fue la única en ese lugar, pues Rubito Pará Hijo, desde el balcón que habita frente a la casa donde el Martes Santo se hace realidad en Osuna, imploraba a Jesús Nazareno la salud tan demandada por todos.

Saeta de Rubito Pará Hijo

En el regreso se continuaban viendo momentos históricos como los del paso de Jesús por Tía Mariquita, a hombros de sus costaleros que lo entienden y lo conocen bien, pues ellos son unos privilegiados cada Viernes Santo, o los del paso de Jesús, de noche, por la Plaza Mayor y calle Carrera de forma inversa a la que anualmente lo realiza.

«Perdón, Señor» decía una mujer mientras besaba su mano tras tocar la trabajadera del paso. «¿Por qué me has hecho esto Señor? Tu cruz fue dura, pero la mía es horrorosa», decía una señora mayor en la calle La Cruz. «Nene, te voy a besar el hombro con el que tú has podido llevarlo para sentir más cerca a Jesús», decía una señora octogenaria en la Avenida de la Constitución. «Que solito me has dejado Dios mío», decía un hombre de una mediana edad en la calle Carmen… cientos y cientos de historias que pasaron por la cabeza del Señor, clavada con la corona de espinas que nosotros seguimos apretando cuando cometemos algún pecado y que él carga para aliviar nuestras penas.

El Señor de Osuna se recogía en su templo antes de las 22:00 h, con un respeto a medias por el final de la iglesia, pues la décimo quinta estación no había terminado y el tumulto no dejaba oírla bien – algo a mejorar en futuros Viacrucis – pero con una elegancia exquisita y muy bien medida por parte de la Hermandad de Jesús Nazareno, así como por parte de la Junta Superior del Consejo General de HHCC de Osuna, organizadores incansables de este preciosísimo acto que ha de ser digno y respetado durante muchos años, además de ser incentivado para que todos sean igual de fructíferos y abundantes como este reciente. ¡Gracias Señor, por repartir ilusión, fe y esperanza a Osuna!

Nuestros compañeros gráficos ampliarán la galería fotográfica mañana en un artículo especial.

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