La crónica del Martes Santo realizada por Ana María Martín Caraballo. Galería fotográfica de Jesús Povea
Martes Santo de negro y verde. Un año en el que por fin no había que mirar al cielo. Puntualmente se abrían las puertas de San Agustín y la hermandad de la Vera-Cruz mostraba a Osuna su Cruz de guía. Este año por fin se derramaba esperanza por las calles de Osuna.
Largas filas de nazarenos de negro comenzaban a hacer pública protestación de fe por las calles de Osuna y poco a poco el portentoso paso del Santo Ecce Homo del Portal pisaba las calles de nuestra Villa y el pueblo le respondía con su presencia ya que se concentraba gran público en la puerta de San Agustín y a lo largo de Tía Mariquita siempre acompañado con la Asociación Musical Nuestro Padre Jesús del Rescate de Granada.
Terminaba de salir Jesús Cautivo y le seguía el paso del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz en su original paso de estilo gótico al que acompañaba la Banda de Música de la Villa de Osuna siempre con marchas fúnebres.
El negro daba paso al verde, ese verde esperanza que anuncia la llegada de la Virgen de la Esperanza acompañada de San Juan evangelista en el original paso de estilo oriental en el que procesiona y del que nunca podremos apartar nuestra infantil mirada de las efigies que lleva en las esquinas y por la que siempre la llamaremos la “Virgen de los Perritos”. Este año Nuestra Señora de la Esperanza iba acompañada de los sones de la Banda de Música de Santa María la Blanca de la Campana. Como cada año una gran cantidad de personas acompañaban y aplaudían el buen hacer de los costaleros de Nuestra Señora de la Esperanza.
Admirar las saetas dedicadas a las imágenes de la Hermandad de la Vera-Cruz durante su recorrido. El cortejo que la Hermandad pone en la calle es muy original y cada año nos sorprenden con algo nuevo y original, por ejemplo, este año procesionaban con el Libro de Reglas y con el Libro de Difuntos de la Hermandad, añadir que es la única Hermandad de Osuna que procesiona con el Libro de Difuntos.
Como señalamos al comienzo este año la climatología acompaño a la cofradía, por fin pudieron realizar su Estación de Penitencia sin preocuparse del tiempo. Todo acompañó a la hermandad en su discurrir por las calles de Osuna, que precioso el paso de esta cofradía por la Calle Tía Mariquita. Este año solo podía deslucir un poco ese aire que también quiso acompañar a la Virgen de la Esperanza en su discurrir por nuestra Villa.
Fue un Martes Santo lucido, donde la alegría del barrio de San Agustín con su buen hacer y el poderío de sus pasos hacían las delicias de aquellos que disfrutaban de su paso de la esperanza con sus bambalinas moviéndose al compás de las marchas a las que sus varales acompañaban con sus sonidos al moverse.
Grande se mostró el Señor Cautivo en los cambios de las esquinas que hay en su recorrido con sus medidas chicotás y su paso largo por las calles de Osuna.
Enhorabuena a la Hermandad de la Vera-Cruz por su buen hacer y su especial estación de penitencia en este Martes Santo.