La Hermandad de la Quinta Angustia realizó Estación de Penitencia por las calles de Osuna. La Hermandad de la Pax no realizó Estación de Penitencia
Los rayos de Sol que en la tarde de ayer se colaban entre las nubes en constante movimiento hacían sonreír con timidez el corazón de los cofrades. Tras cinco días y una madrugá en los que la lluvia ha truncado nuestros sueños, crecía la esperanza de vivir una noche de Viernes Santo que saciara este hambre de evangelización popular, este ansia de vivir y expresar nuestra Fe a través de la música, la imagen y la oración.
Son días de mucha meditación y responsabilidad. La Hermandad de la Quinta Angustia adelantó su salida un cuarto hora con objeto de poder evadir las predicciones de la medianoche. Para ello, además, acortó su recorrido dirigiéndose por la carrera hacia la Plaza Mayor donde realizó carrera oficial acompañada por los sones de la “Banda de Música Unión Musical Astigitana”. De este modo, la hermandad recuperaba el acompañamiento con banda de música, que antaño formaba parte de su desfile procesional. Tras ello, Nuestra Madre y Señora de las Angustias derramó su Amor y Dolor volviendo por la Carrera a la Iglesia de la Victoria.
Por otra parte, la Hermandad de la Pax retrasó 20 minutos su decisión de realizar Estación de Penitencia por las calles de Osuna. Pero la idiosincrasia arquitectónica de su recorrido impedía la posibilidad siquiera de acortarlo con éxito. Por ello, finalmente, las Imágenes del Santísimo de la Pax y María Santísima del Mayor Dolor no cruzaron las puertas de Iglesia de Consolación. En su lugar, los hermanos y devotos rezaron un Vía Crucis en honor de sus Sagrados Titulares en el interior del Templo.
Todos queríamos haber disfrutado de Nuestra Madre de la Quinta Angustia cruzando la estrechez de hornillos. Todos anhelábamos la Imagen del Cristo de la Pax en Tía Mariquita con el nuevo dorado de la trasera de su canastilla; y el palio del Mayor Dolor en Palomo y Molino luciendo el nuevo diseño de candelería. Pero no nos corresponde a nosotros decidir. Ni siquiera a las Juntas de Gobierno, que tras horas de consultas metereológicas y deliberaciones en Cabildos deben darnos una respuesta. Existe una Voluntad por encima de nosotros que “hace salir el Sol sobre buenos y malos, y deja caer la lluvia sobre justos e injustos”. Este agua que ahora encoge nuestro corazón hará brotar los campos en días venideros. Del mismo modo que el llanto por la Muerte de Cristo se tornará en alegría por la Resurrección y la Vida.
Gracias a estas dos Hermandades que, cada noche de Viernes Santo, nos recuerdan que María nos acompaña en el Dolor y las Angustias de nuestra de vida y que la Pax del Señor no sólo debe ser dada, también debe ser sembrada.
¡Enhorabuena!
Manuel J. Rangel.